Kendo II / Ryodan /

Continuaba entrenando en mi escuadrón, sabía que había algunas ramas del kendo que todavía tenía que perfeccionar, por lo que no me quedaría con los brazos cruzados, siempre asechaba el enemigo, por lo que tenía que concentrarme para aumentar mis habilidades, hace tiempo había sido reconocido como capitán del onceavo escuadrón por mi gran espíritu de pelea y por la habilidad que tenía con la espada, pero no por eso tenía que relajarme, sabía que comparandome con otros capitanes mis caracteristicas eran bastante mas débiles, dado que mi presión espiritual era enormemente baja tenía que lograr compararme a los demás únicamente con mis habilidades físicas. Tenía ahora mi katana de madera en las dos manos, hace poco había logrado dominar una de las técnicas que mi abuelo solía nombrar, ahora iría por otra, el Ryodan, una técnica sumamente fuerte con la cual podía llegar a matar a cualquier persona, hasta destruir solidificaciones fuertes como grandes edificios, seguramente me sería útil contra el hierro de los arrancar o para partir de un solo corte las máscaras de los hollows. Me encontraba abanicando mi espada, dando un paso adelante y luego dos a tras para no perder mi eje, cada ves aplicaba un poco mas de poder, no tenía a nadie que practicara conmigo ahora ya que después del entrenamiento que tuve con Blath le pedí a los demás miembros de este escuadrón que se fueran a cumplir con el resto de sus actividades, no eran nada del otro mundo, tenían que limpiar y vigilar el seireitei. Había colocado unos muñecos de paga, mi objetivo era cortarlos con mi espada de madera, para eso tenía que usar muchísima fuerza, lograr que junto con el impulso logrado logre romperlos rápidamente como si estuviera blandiendo ahora una espada de verdad.
Mis cortes bajaban con toda la velocidad que podía ofrecer, pero carecían de pasión, la pasión que tanto me raracterizaba, el amor por mi espada hoy se había ido parcialmente, tal ves era por que no encontraba ningún rival que como yo disfrute de una verdadera pelea, necesitaba alguien que gustara de chocar su acero con el mío, que pudiera seguir mi ritmo y que hiciera vibrar mi corazón nuevamente, si debía ser por eso ... Algunas lágrimas caían por mis ojos sin ningún motivo aparente, pero la verdad era por la impotencia de sentir que estaba desperdiciando mi tiempo, tenía que vivir mi vida apleno y la estaba desperdiciando delante de muñecos de paja, pero en momento fue cuando recordé las palabras de mi abuelo, ellas me hicieron reaccionar. " Recuerda que siempre habrá alguien mejor que tu, por lo que debes volverte mas y mas fuerte, para poder derrotar inclusive a alguien mas fuerte " era un acertijo la verdad, pero por lo menos una parte era clara y real, siempre habría alguien mas fuerte, por lo que no tenía que temer a quedarme sin enemigos. Cargué mi zampakuto con todas mis fuerzas y la abaniqué delante de mi, además de cortar el muñeco que tenía delante de mi corté en dos la pared que estaba detras de el, había logrado perfeccionar el Ryodan. Pude ser testigo de una estela de energía plateada que salió desde mi zampakuto en el momento en que lancé esta técnica, seguramente era por que hacía uso también de mi poder espiritual de alguna manera, tenía un poder debastador y ahora me sería fácil usarlo así por que si, pude sentir una enorme y anormal presencia, no era solo una, eran varias que venían de varios escuadrones de la sociedad de almas, tenía que apurarme alguien nos estaba invadiendo y no podía dejar que el resto de los capitanes se encargaran solos de esta amenaza, esta era la situación que estaba esperando un enemigo contra el cual podría demostrar mi habilidad.

Ryodan: Una técnica de kendo que en lanzar la espada hacia abajo con fuerza suficiente como para que se puede cortar a un oponente por la mitad. Esta técnica recibirá el poder del stat de fuerza mas un plus de 20 puntos. 35 Líneas.

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