Doble emoción — Técnicas.

¿Cómo es que no sabes utilizar hechizos Kido? —Aika paró de golpe ante aquella pregunta y, volteó con una clara mueca de reprocho hacia Muramasa, quien caminaba a escaso metro de ella. Él, paró de golpe y la miró.— Calla, solo sé algunos ¿Quién iría a pensar que llegaría a ser teniente del quinto escuadrón? —Pronunció como escusa y, simplemente volvió a caminar hacia el frente, en dirección a la sala de entrenamientos. Muramasa la siguió en silencio, con una mirada difícil de entender, tan neutral. Abrió la puerta y la cerró después de que el espíritu pasara. Miró a su alrededor y esbozó una sonrisa de suficiencia.— Antes empezamos y antes podremos irnos. —Quizás fue demasiado convencida de que lograría lo que planeaba, quizás estaba completamente segura de ello, pero, poco importaba ya. Apoyó su Zampakuto contra la pared y dio unos pasos hacia el frente, quedando en el centro de aquella enorme y vacía habitación. Ambas manos pasaron a apoyarse en su cintura y, el silencio se formó. Aika miró al frente, sin inmutarse, Muramasa estaba a un lado de su Zampakuto, con las manos en sus bolsillos y, su mirada fija en ella. Nada ¡no estaba haciendo absolutamente nada! Pero, de golpe ella se volteó y, apuntó al espíritu con un dedo, sonriendo cual infante que acababa por descubrir una verdad absoluta.— Empecemos por el primero que es... —Llevó la mano ante sus ojos y cerró en un puño, levantando únicamente el indice. Entrecerró sus ojos.— ¿Hado 1? —Propuso, sin moverse demasiado de su sitio. Lo miró y, con una sonrisa en sus labios asintió. Una vez más volvió a ponerse de frente a la cámara vacía y, apuntando con un dedo hacia la nada continuó.— Hado 1 Sho —Pero, absolutamente nada pasó. Aika parpadeó y miró su dedo ¿qué había hecho mal? Fue allí que sintió algo ser arrojado y, en un rápido y grácil movimiento sujetó el muñeco que llegaba desde su izquierda, Muramasa lo había lanzado.— Fuiste asta el décimo segundo escuadrón a por eso ¿por qué no lo intentas? —Allí fue que recordó, ese muñeco que le serviría como un aburrido e inmóvil oponente. Sonrió y, lo tiró hacia el frente, el muñeco se engrandeció, volviéndose tan alto como una persona y permaneció inerte, en el suelo.— Bien... Ese horrible y poco grácil tipo nos está atacando. ¡Yo! Lo pararé. —Apoyó una mano en su pecho, estaba dramatizando y Muramasa lo sabía, pues emoción alguna se reflejó en su rostro. Aika extendió un dedo hacia el frente, cerró sus ojos y se concentró durante unos minutos, en cuanto volvió a abrirlos pronunció en un tono imperativo.— Hado 1 Sho —¿Tienen presente cuando una gota cae en la superficie del agua? Una luz azulada se formó en su dedo índice y, tomó forma un círculo que se restringió y, de alguna forma el muñeco salió disparado pocos metros más. ¡Había tenido efecto! ¡Lo había logrado! Sonrió orgullosa y miró a su Zampakuto, él, esbozó una pequeña sonrisa, casi una sombras.

Técnica Aprendida:

¿Por qué empiezas con las técnicas más fáciles? —Aquella pregunta rompió el silencio que se había estado formando mientras Aika, sentada a un lado de su espada, comía aquella que parecía ser una pequeña tarta de chocolate. Muramasa de pie algunos metros más al frente la estaba observando, parecía curioso, quizás lo que más estuviera preguntándose era porque aprendía técnicas tan débiles. Ella sonrió y bajó la pequeña tarta.— A veces, no solo la fuerza es la que cuenta. —Le sonrió y, terminó por comer lo que llevaba. Se levantó y lamió sus dedos, volviendo a posicionarse en el centro de la habitación. Él siguió sus pasos y la observó mientras levantaba el muñeco que había abandonado a su suerte en cuanto había decidido tomarse un pequeño descanso.— Ahora... el Hado 11. —Murmuró para si. Muramasa avanzó, quedando a su lado, aunque un paso atrás. Ella lo notó y siquiera necesitó dar media vuelta para asegurarse de que estuviera allí.— ¿No estabas diciendo tú algo de eso? Ahora es el momento de algo más complicado. —Y lo complicado tenía su fascinación. Rebuscó entre sus bolsillos y sacó una cuerda, realizó un nudo y tiró un extremo, atrapando al muñeco. Aika frunció el ceño.— Si no se mueve es aburrido... ¿No quieres hacer de conejillo de indias? —Miró a su Zampakuto y sonrió, Muramasa le devolvió la sonrisa y volvió a caminar hacia un lado de la vacía habitación, al lado de su espada. La castaña entonces volvió a mirar hacia el muñeco y, sujetando la cuerda con su mano volvió a concentrarse. Supuso que todo sería tan fácil, pero, estaba terriblemente equivocada.— Hado 11 Tsuzuri Raiden. —No pasó nada, fue completamente diferente a lo que anteriormente había sucedido, miró la cuerda con desdén y después, tiró de la misma. El muñeco simplemente cayó hacia delante, golpeándose contra el suelo.— ¡Ahhh! ¿Por qué te caes? Que descortés. —Caminó hacia el títere y lo volvió a levantar. Una vez de nuevo a su sitio y con la cuerda en la mano repitió la misma escena... Nada, no pasó nada.¿Qué estaba haciendo mal? ¿Acaso no bastaba con canalizar su energía en el hilo.— Aika ¿Por qué no intentas con esto? —Volteó hacia su Zampakuto lo suficientemente rápido como para poder ver el arma que le estaba lanzando, su kodachi, una espada ligeramente más corta que las demás. La desenvainó con su izquierda y levantó un poco el arma. Miró al espíritu y sonrió.— ¿Sugieres que canalice el relámpago en ella?. —La extendió hacia un lado.— ¿De esta forma?. —Entrecerró sus ojos, observando el muñeco que tenía delante, después, los cerró por completo y dejó que el silencio se apoderara de la habitación, solo por un momento antes de seguir. — Hado 11 Tsuzuri Raiden. —Como si sus palabras tuvieran poder, un rayo tomó forma alrededor de su kodachi de mango color añil, la sonrisa se reflejó en los labios de la teniente sin poder evitarlo y, moviendo la espada con un trazo elegante hacia la cuerda que llevaba en su mano derecha. Fue suficiente apoyar el filo en la misma y, un destello amarillo se apoderó del mismo, descendiendo hacia el muñeco y allí descargarse. Sonrió y deslizó sus pies a un lado, quedando de lado.— Caíste ante mi. —¿Qué pasaría si fuera una persona real? ¿Quizás sus cabellos se quedarían en punta? Deshizo el nudo con un ágil gesto y caminó hacia Muramasa con una orgullosa sonrisa en los labios. Al parecer habían cosas que le resultaba más fácil que las demás, pero, cuanto más complicada era una cosa, más felicidad era la que causaba al superarla. Se estaba emocionando, eso era en parte bueno y en otra no. Aika Fuwa una vez emocionada era difícil que parara.

Técnica Aprendida:

aceptado