training a new technique

Me encontraba nuevamente en la sala de entrenamientos, solo que esta vez se diferenciaba de las demás por una cosa, aquella sala estaba completamente bacía, tan solo estábamos yo y los objetos de entrenamiento de aquel lugar. Respiré hondo -Bueno, será mejor que comience con el entrenamiento lo antes posible- me dije a mi misma mientras exhalaba el aire que acaba de inhalar hacía a penas unos segundos. Era completamente consciente de que el entrenamiento sería difícil y nadie me aseguraba que saldría de esta sala con la técnica aprendida. Envainé mi zampakuto, pues para la técnica que iba a practicar no era necesaria, solo necesitaba concentración y mucho poder espiritual. Me moví hasta el centro de la sala y preparé el muñeco de madera que iba a usar para el entrenamiento. Luego apunté en un papel el conjuro que se debía recitar, en el cual ponía: "Paredes de arena férrea, una pagoda sacerdotal que brilla con luciérnagas acorazadas, manteniéndose recta y silenciosa hasta el fin. Bakudo 75 - Gochūtekkan" me sabía de memoria el conjuro del bakudo, pero prefería apuntarlo por si acaso cometía algún fallo al pronunciarlo.

Me puse delante de aquel muñeco y leí varias veces lo que había escrito en aquel papel, no estaba dispuesta a equivocarme. Puse el papel a un lado y me dispuse a recitar aquellos versos, cuando lo hacía empezaron a salir unas columnas al rededor de aquel muñeco de madera, pero estas no duraron ni 2 seguntos -Mierda, voy a necesitar intentarlo varias veces para que me salga- dije algo disgustada, pues no esperaba que fuese tan difícil aprender un bakudo nuevo. Más lo cierto es que en esta vida a nada se le puede denominar con el apelativo "sencillo" y las que se le denominan así no sirven para absolutamente nada. Suspiré y volví a colocar derecho el muñeco, el cual se había caído -Vaya, parece que esto solo sirvió para derribar un muñeco de madera, no es lo que yo llamaría un gran logro- dije bromeando un poco conmigo misma. Yo no era capaz de estar seria aunque fuese en un entrenamiento, no era mi estilo.

Volví a ponerme en mi posición y inspiré con fuerza para luego expirar poco a poco y así relajarme, porque no me saliese esto a la primera no me iba a molestar de tal manera que no quisiera seguir. Empecé a recitar de nuevo los versos, pero una voz me interrumpió a mitad del proceso, por lo cual, aunque está vez aguantaron un poco más, se derrumbaron rápidamente. Miré al dueño de aquella voz -Por favor, espera un poco, estoy entrenando una técnica, cuando acabe escucho lo que tengas que decir ¿sí?- le dije sonriendo. La persona en cuestión se alejó, no sin antes animarme y decirme que él sabía que lo lograría, yo le agradecí esas palabras, era cierto que las necesitaba. Aquel shinigami tenía razón en algo, había personas que creían en mi, pero no porque fuese o no la teniente del 13º escuadrón, sino porque me habían visto avanzar desde el comienzo. Una de las personas que más creía en mi de este escuadrón era el capitán, el cual me conocía desde hace múchísimo y siempre me animaba cuando yo creía que todo estaba perdido, ahora sí que no pensaba rendirme, no pensaba defraudar a todas y cada una de las personas que creyeron en mi ¡Yo podía y tenía que demostrarlo!.

Volví a poner a aquella estatua de madera en pie y volví a mi posición, pero esta vez estaba más animada, esta vez sabía que sí conseguiría hacer dicha técnica, después de haber llegado hasta aquí no me pensaba rendir. Mi mirada se llenó de determinación, sí, esta vez lo lograría, como se solía decir "a la tercera va la vencida" ¡Pues esta tercera vez lo lograría! estaba totalmente convencida de ello. Volví a recitar los versos, pero esta vez mi voz sonaba más determinada y mi concentración en lo que estaba haciendo era enorme. Unos enormes pilares comenzaron a salir del suelo rodeando a aquella figura, pero tenían algo diferente, estos, a diferencia de los otros, eran más sólidos y no se derrumbaron, se quedaron ahí ¡Lo había logrado! -¡sí, lo logré! ¡Logré controlar este bakudo!- dije alegre, al fin mis esfuerzos habían valido la pena. Me sentí feliz, pero decidí desactivar el bakudo y sentarme a descansar un rato, lo había logrado, pero eso no quitaba que estaba agotada.

Aceptado. Bakudo 75 Dominado.