Training with a new friend [Sataji]

Esta mañana había decidido que lo mejor sería ir a entrenar con los rasos de algún escuadrón que no fuese el mío para así observar su progreso y ver que estaban preparados. El escuadrón que me interesaba era, sobretodo, el 4, así que pedí permiso para usar sus instalaciones de entrenamiento y así poder enfrentarme a algún raso que se ofreciese a luchar contra mi.

Avancé tranquilamente por el Seireitei escuchando el saludo de todos los shinigamis, a los cuales le saludaba con una sonrisa, no tenía prisa así que podía gastar un poco de tiempo en saludar y hablar con los de bajo rango. Eran muy divertidos, sobretodo los nuevos a los que le podía gastar bromas un tanto pesadas y reirme un rato -No os lo toméis tan mal, que solo era una pequeña broma- Dije entre risas al ver que los shinigamis afectados me miraban con mala cara. Los más veteranos suspiraron y le explicaron todo a los nuevos, los que también suspiraron ¿Que le podría hacer? Yo era así y me encantaba hacer el tonto en situaciones donde no corriese peligro nadie.

Seguí caminando hasta las puertas del 4 escuadrón. Era un escuadrón notablemente diferente al mío, pero ni más bonito ni más feo, simplemente diferente. Le pedí a los shinigamis que se encontraban en la puerta que me dejasen pasar, estos accedieron rápidamente con un rápido: "sí, teniente". Suspiré, odiaba las formalidades, pero era lo único que podía esperar de personas que no me conocían. Les di las gracias y entré. Muchos shinigamis estaban corriendo haciendo simulacros de primeros auxilios. Estaba claro que para socorrer estaban más que preparados, pero ¿y para luchar? ¿También estarían igual de preparados? Eso era lo que me gustaría descubrir aquí.

Me dirigí hacia la zona de entrenamiento, la verdad es que me costó un poco llegar e incluso tuve que preguntar donde estaba estaba. Lo bueno es que ninguno de esos shinigamis se negó a responderme, seguramente porque llevaba mi cinta de teniente en el brazos, esa era la razón más lógica que se me ocurría.

Una vez pude encontrar la sala de entrenamiento le pedí a un shinigami que avisase a sus compañeros de que la teniente del 13 escuadron estaba esperando en la sala de entrenamiento por si algún shinigami quería medir sus fuerzas con ella y ver hasta donde llegaba su poder. Este tan solo asintió y se fue en dirección de los otros shinigamis. Yo me quedé sentada esperando a que alguien apareciese por esa puerta.

Era una mañana muy agitada en el escuadrón de la cuarta división, tendríamos una visita de la teniente de la onceava y había que dar buena pinta ante sus ojos por el rango que aquella chica cargaba. Se rumoreaba que solo venía a pelear por lo que empezaron a hacer muchos simulacros de primeros auxilios para aparentar estar ocupados y evitar el encuentro con la teniente. Para mí todo eso era estúpido, no solo deberíamos saber curar a las personas sino que también defenderlas pues era algo que había aprendido con Yamato hace poco tiempo cuando logre dominar mi shiaki.

La teniente finalmente había llegado, por lo visto los rumores eran ciertos y esta si apareció entre los cuarteles del cuarto escuadrón; los que estaban encargados del abastecimiento y mantenimiento de todo el seireitei. Nadie quería luchar contra ella, yo aún estaba indeciso si ir o no ir, conocía mi instinto de pelea y justo por eso quería evitarlo, pero algo muy dentro de mí me “forzó” a hacerlo.
-Joder…- dije en un tono de disgusto soltando un leve suspiro mientras me paraba de mi cuarto, tomaba mi zanpakutoh y me dirigía rápidamente hacia la sala de entrenamientos que quedaba a tan solo un minuto al ritmo que iba.

Luego de justamente un minuto corriendo entre muy agitado al salón de entrenamientos, azotando la puerta con todas mis fuerzas para abrirla provoque la atención de los pocos que estaban ahí dentro. -A ver quién es la teniente?!!- exclame con mucha determinación tanto en las palabras como en mi rostro teniendo un ritmo cardiaco un poco alto provocando una respiración un tanto acelerada. Desenvaine mi espada, y lance la funda hacia la esquina que me quedaba a la derecha. -Demuestra de que una teniente es capaz…- tras esa corta pausa empecé a correr hacia ella para practicar una técnica muy simple y famosa entre la raza de los shinigamis.

- Senmaioroshi!- grite tras realizar múltiples cortes horizontales de derecha a izquierda e izquierda a derecha, estos tenían el fin de dañar a la teniente pero juzgando por su rango y habilidad los esquivaría sin problema alguno pero yo siempre quise aprender a realizar esta técnica ya que con esos cálculos perfectos de los que hablaban en la academia pues los cortes recibían un poco más de velocidad y la fuerza que el usuario tuviera; y pude sentirlo, mi brazos luego del primer corte parecieron moverse solos a un ritmo impresionante. -Que le parece teniente?! Estoy listo para llevar esto a otro nivel si es necesario!- exclame con mucho entusiasmo y algo exausto aunque aun con las fuerzas necesarias para poder seguir combatiendo, miraba con mucha atencion y mis sentidos al cien por ciento activos para tratar de evitar cualquier sorpresa que pueda intentar darme.

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