Empieza el dia uno de la 5° espada [Priv. Megumi] (posible +18)

Caminaba con mis fogosos pasos hacia el patio de sillones en el que me encantaba relajarme. Los micro arrancar y hollows que había por los pasillos se arrodillaban y apartaban de mi paso.
Chupaba un caramelo traído del mundo humano; sabía a fresa y plátano. Delicioso.
Hacía ya tiempo que no disfrutaba de un día tranquilo en el que no había más espadas que yo por los alrededores que quisieran dar por culo. Llevaba mi típico” atuendo de espada. Un sujetador adornado con cuencas negras y con los bordes también en negro, una falda blanca, larga hasta el suelo, de gasa semi transparente que dejaba entreves mis perfectos muslos. Aunque no hacía falta ya que a cada lado de las piernas interminables, solo por que llegaban a unos prefectos pies descalzos, que en ambos tobillos adornaban unas pulseras negras. Un cinturón negro de mas o menos 8 cm de ancho adornaban mis caderas, en el centro, había una hebilla plateada con el número 3 con diamantes y colgando hasta más o menos las rodillas, el resto del cinto.

Entré en la sala desperezándome mientras lamía los restos del caramelo de mis labios. Esperé ansiosa que hoy no hubiese reunión ni nada por el estilo, solo quería bailar, cantar o cualquier cosa, menos verle la cara al líder.
Deseando sentarme en mi sillón favorito vi como estaba ocupado por un tipo que tenía muy malas pintas. -Eh, fuera-

Dije secamente pero con mi particular y erótico tono de voz ya que, sabía perfectamente que era mas fuerte que él, y que pocos osaban a denegar mis ordenes.

Miré al hombre que me había dado la espalda. Craso error muchacho. Yo no es que tuviese mucha paciencia, pero respiré hondo para no cargármelo. -Cariño... Sabes en el sitio de quién estás...-

Dije mientras me movía para ponerme justo enfrente del chico. El numero tres estaba grabado a fuego en el frío y blanco cuero del sillón, un tres que gravé yo misma y nadie se sentaba ahí.
Vi claramente que era nuevo ya que el número 5 hacía eones que había muerto.
Mi cabello ondulado caía por mis hombros y espalda como una cascada rosácea, mientras que mis felinos y excitantes ojos miraban al muchacho a los ojos.
Supe de enseguida que era nuevo y recordé lo mal que lo pasé al llegar aquí. Así que decidí ser amable o por lo menos intentarlo.

Suspiro – A ver muchachote, te explico, por que si no vas a durar menos que el anterior. No se si lo sabrás pero eres el espada número 5, y yo la tres, así que te levantas por que yo lo mando, para eso estoy por encima tuyo. No tienes mucho más que saber. -

Dije mientras me sentaba sobre el reposabrazos de MI sillón, cruzando las piernas dejando que la translúcida falda cayera entre mis piernas mientras que mis descalzos pies flotaban sobre el frío suelo de Las Noches.

Siento el doble post pero me salgo del tema por inactividad del otro user.

le mandaste mp? si es asi dime cuando lo hiciste. Pero no por eso debes salir del tema XD puede quedarse asi abierto y cuando el vuelva lo continuan