CheJ - Cuarto Espada

CheJ posee un cuerpo no muy robusto, con una musculatura totalmente desarrollada sin llegara a excesos, ni exhibiciones voluminosas por vanidad, su masa muscular así como la contextura de su cuerpo le permiten moverse con agilidad y rapidez, sin descuidar la fuerza claro está. Mantiene un equilibrio relativo entre estos tres aspectos, con una ligera inclinación hacia la velocidad y destreza que ejerce en todas sus acciones. Alcanza una altura aproximada de 175 centímetros, además posee un peso relativo de 65kg. Luce una cabellera negra-azulada, logrando un interesante efecto, en lugares con baja luminosidad su cabello se ve totalmente negro, sin embargo cuando la luminosidad se asemeja a la del día en el mundo humano, su cabello adopta un tono azulado. Continuando con su rostro posee unos ojos color azul claro. Descendiendo aún más llegamos a su dentadura, donde sobresalen ligeramente el par de colmillos superiores mostrando así una sonrisa un tanto extraña.

En lo que respecta a su vestimenta, CheJ luce siempre unos pantalones totalmente negros a juego con un calzado de color similar, en la parte superior de su cuerpo lleva puesta una camisa totalmente blanca creando un contraste, sin embargo este contraste se ve disimulado por una chaqueta manga larga azul oscuro abierta en el pecho. La extraña vestimenta del Cuarto Espada ha sido tema de conversación, puesto que él siempre se ha negado a usar el típico traje casi totalmente blanco de los miembros del ejército de arrancar, al  contrario, CheJ prefiere la informalidad, la soltura.

Hay otros detalles que caracterizan al Cuarto Espada y que lo diferencian del resto de arrancar, el primero de ellos, es que los restos de su máscara, de ese fragmento totalmente blanco, de la evidencia de que alguna vez fue un Hollow como cualquier otro, no son visibles, la ubicación de esta ha sido mantenida en secreto, incluso para sus compañeros Espada. El segundo rasgo característico son los tatuajes que posee, el primer par de ellos se encuentran en la espalda a la altura de los omóplatos, y son un par de cruces esvásticas, el segundo y tercero son las palabras BYSTRO y MECH, la primera tatuada en el antebrazo izquierdo, mientras que la segunda en la mano derecha, cada una de las letras en un dedo a excepción del pulgar. Finalmente, el cuarto, situado en la parte baja del cuello del lado izquierdo, un número, el cuatro. El distintivo otorgado por el Espada Cero, al Cuarto Espada, CheJ.

CheJ Dorkov, es un arrancar con una extraña actitud, muchas veces cuestionada o repudiada por sus similares. Siendo uno de los Espada, el Cuarto Espada, se podría asegurar que es una persona muy bien disciplinada y obediente, además de imponer él mismo obediencia, disciplina y respeto a los demás arrancar que estén en su presencia, es ahí donde entra en juego la "extrañeza" de su actuar. CheJ no busca, no le interesa en lo absoluto ganarse el respeto de los demás arrancar, ni imponer disciplina, mucho menos obediencia. Él solo responde ante un ser, el Espada Cero, lo que hagan, digan o piensen los demás, no le importa en lo absoluto.

Continuando con el perfil psicológico del Cuarto Espada, se puede notar otro aspecto que llama la atención y vale la pena recalcar. Por lo general él se muestra tranquilo, relajado, mostrando poca o nula preocupación por ningún tema en particular. Esta despreocupación roza la vagancia, la pereza y el ocio. Sin embargo existen determinados momentos donde este perfil deja de servir para definir al Cuarto Espada. En esos momentos CheJ deja totalmente de lado su actitud semi-sedentaria, para pasar a un estado de euforia, una emoción tal que su rostro inalterable comienza a deformarse hasta figurar una amplia sonrisa. Este cambio se da únicamente, al batallar, el sentir esa emoción, el gozo de poder cortar cuanto le plazca, por esos momentos, por muy corto que fuere, por esos segundos que durase. Por esos breves palpitares que tomase a su Zampakutou el cortar a su contrincante, solo ahí, CheJ era en verdad él.

A pesar de que con estas características se puede dudar fácilmente de la convicción del Cuarto Espada, de su apoyo al ejercito arrancar y de sus ideologías, las acciones de CheJ han dejado siempre claro que no busca perjudicar a sus similares, o únicamente quedarse como espectador mientras otros se llevan toda la diversión, él actuará si, pero cuando sea necesario, cuando sepa que podrá liberarse en el proceso, que tendrá un verdadero reto donde sea necesario, dejar de lado su lado sedentario.

La historia del actual Cuarto Espada, CheJ Dorkov o conocido también como Bystro Mech se remonta hace mas de 200 años. En aquel entonces el joven CheJ no era mas que eso, un joven común y corriente como cualquier otro. Sin embargo su situación no era tan corriente, puesto que a pesar de la corta edad que ostentaba en aquella época, el chico ya se había visto envuelto en un sinnúmero de problemas. Abandonado a su suerte en su ciudad, bajo el frío invierno que parecía extenderse cada año mas y mas, el chico no vio otra alternativa para sobrevivir que delinquir, con miedo en sus primeros intentos, varios fallidos por supuesto. Poco a poco CheJ fue ganando práctica, llegó al punto de sentirse orgulloso de sus habilidades, de su destreza y agilidad, de lo fácil que se le hacía esquivar a sus perseguidores día tras día. Sin embargo había algo mas que molestaba al joven, no era su estómago, con sus botines había saciado su hambre, no era el frío, se había acostumbrado a las bajas temperaturas, era algo peor, algo importante que puede destruirte en tus mejores momentos. La soledad. Por su situación y actividades nunca se juntó con nadie mas, todo lo que hacía lo hacía para él, y solo para él, con eso le bastaba, o por lo menos eso creía. Cada vez se hallaba mas desesperado, necesitaba de alguien, aunque sea solo para compartir botines, a quien sea, un amigo o amiga, un familiar, un conocido bastaba.

Su espera no fue eterna, para su suerte, puesto que poco tiempo después encontró un compañero, si, alguien como él. Otro chico criado entre miserias obligado a delinquir, no tardaron en conocerse bien, en hacerse amigos. Ahora compartían todo. El nombre de su antiguo compañero no importaba ya, podía incluso asegurar que no lo recordaba, pero estaría faltando a la verdad, el caso era que no deseaba recordar. Pero el hecho que llevó a CheJ a odiar a su compañero sucedió tiempo después de la formación de su "amistad", antes de eso, ambos gozaron de un periodo de riquezas relativas y nada de preocupaciones, ¿cómo no? Ahora eran dos, su trabajo se hacía mas fácil, mas ganancias, mejor vida. Rápidamente ambos se volvieron mas ambiciosos, deseaban más retos, más peligro, siempre más. Fue así como el par de jóvenes aún decidió dar un gran golpe. El día planteado, todo iba de maravilla, habían acordado dividirse lo que obtuvieran mitad y mitad, así todos contentos. Pero la ambición del hombre es peligrosa, y CheJ lo aprendió de la peor manera posible, a pocos minutos de culminar con su plan, el compañero se giró hacia CheJ, este impaciente únicamente le preguntó ¿Qué sucede? Pero de su garganta no salió palabra alguna, sus labios separados apenas y sus ojos entornados contemplaban un puñal enterrado en su pecho, sangre brotando, un dolor y pesar agudo. Una sonrisa desquiciada del compañero mientras tomaba todo lo obtenido y huía. El dolor fue cediendo dando paso al odio, un odio tremendo, incontrolable hacia ese ser que lo había traicionado, hacia aquel que había compartido consigo sus riesgos. Lo odiaba, lo odiaba demasiado, quería acabar con él estrangularlo, destrozarlo con sus propias manos, quería hacerlo y quería hacerlo ya.

Imágenes, imágenes borrosas, escenas cortadas, una tras otra. CheJ caminando por una calle, pero no era él, debía ser él, se sentía como él pero,  ¿por qué parecía todo diferente? Otra escena, era de nuevo él, si ahora lo sabía, estaba dentro de su antiguo escondite, el mismo que compartía con ese otro individuo, si, aquel que lo traicionó, ahora lo recordaba, el traidor, asesino. Muerte, merecía morir, si, lo merecía y lo haría él, claro, lo haría ahora, ahora mismo. Solo debía encontrarlo, ¿dónde te escondías pequeño engendro? Buscaba y buscaba por el refugio, hasta dar con él, si, lo encontró por fin. En un rincón durmiendo con dos bolsas a sus costados, ¿qué era? ¿Lo que se llevó después de matarle? No importaba, no, claro que no, ya nada de eso importaba, esto terminaba aquí, si, ahí mismo. Se acercó mas a él y con su brazo izquierdo, que para su intriga ahora era mucho mas grande y fuerte, agarró al traidor, lo levantó del suelo y lo observó con odio. Él, ya despierto y horrorizado, buscaba con la mirada la razón de ese extraño suceso sin éxito, estaba flotando, siendo estrujado, y no sabía por qué. Divertido observó el rostro de el individuo, podría seguir así asustándole por mucho mas tiempo, pero no deseaba eso, no, claro que no, quería terminar con él ahora. Levanto ahora su mano derecha de igual tamaño que la izquierda, con un movimiento le rasgó la camisa al joven ahora sin poder controlar los gritos de horror, sin esperar mas agarró su piel giró su mano estirándola léntamente hasta mas no poder, poco a poco se fue desprendiendo del cuerpo el chico envuelto en gritos desesperados e incontrolables, poco a poco le fue despellejando hasta dejar a la vista los músculos de aquel infame ser. Dejó en el suelo desangrándose pero aún vivo al traidor, había terminado su torutra, había tenido suficiente. No. Levantó su brazo derecho sobre el chico y cerrando su puño con toda su fuerza, odio y rencor acumulado, lo dejó caer con el peso de una traición sobre aquel cuerpo aplastándolo y acabando con una vida en el acto. Había terminado, pero no estaba satisfecho.

Después de eso, nada. No recordaba mucho, casi nada, un bosque con seres gigantes, ahora él era un gigante. Un deseo incontrolable de acabar con ellos, poco a poco, valiéndose únicamente de su boca, y como si fuera el aperitivo mas delicioso que existía, se fue comiendo a sus semejantes, uno tras otro sin descansar ni inmutarse. No pasó mucho antes que tras comer y comer hasta mas no poder, su fisionomía cambiara de nuevo, ahora era mas pequeño si, pero mas poderoso mas veloz y ágil que en su antigua forma gigante y con movimientos estúpidos. Había dejado atrás a esos seres y se había convertido en un Adjuchas, él no lo sabía, no, aún no. Pero había algo que si sabía y que tenía bastante claro, si quería seguir aumentando su poder, debía seguir comiendo, ya no lo hacía únicamente para cumplir un deseo sin control, un instinto, ahora tenía conciencia, sabía por qué lo hacía y qué podía obtener de ello. El tiempo pasaba y este fue perfeccionando el arte de matar a sus semejantes, ahora era mas certero, no perdía tiempo, asesinaba, comía, y buscaba la siguiente víctima. Le tomó mas tiempo si, pero lo hizo, se convirtió en un Vasto Lorde, ahora conocía bastante de ese mundo, ahora que habían vuelto sus instintos amplificados, sus habilidades igual y sus deseos del mismo modo, podía tomárselo con calma, si seguía comiendo, seguía aumentando su poder, pero ¿para qué? a estas alturas de su existencia sabía qué eran los Shinigamis, qué era él, qué era ese mundo, por qué existían y por qué unos trataban de asesinar a otros. Aquello debía preocuparle sin duda, pero, aún no, aún le faltaba poder por reunir. Con el tiempo se dio cuenta que a pesar de la cantidad de semejantes que ingería, siempre había un limitante que le impedía avanzar mas, ¿sería por que su existencia ya había llegado a un límite de poder? Quizá. No, eso debía ser, como Hollow, CheJ había alcanzado un límite, pero, ¿había maneras de llegar mas allá? Había como superar el límite que le imponía aquella máscara. Cuando hubo llegado a esa conclusión, no lo pensó dos veces, poco a poco y con una impaciencia propia de él, se arrancó su máscara de Hollow. Había dejado atrás ese límite, ahora era mucho mas. Se había convertido, en un arrancar.

Posteriormente, CheJ llegó a Las Noches, la única edificación casi completa de todo el Hueco Mundo que él conocía, para su sorpresa no estaba solo, dentro se encontraba alguien mas, un ser poderoso, mucho mas poderoso que él. Dentro se encontraba el Espada Cero, dentro se encontraba, el inicio de su verdadera historia.

El Cuarto Espada CheJ acostumbra a cargar su Zampakutou sujeta la lado izquierdo de su cintura, sin embargo se lo ha visto también llevándola envuelta en algún tipo de tela oscura en una de sus manos. En lo que respecta ya al aspecto del arma, ésta esta introducida dentro de una vaina de color azul oscuro, a excepción de 3 pequeños adornos de color plateados uno de los cuales se encuentre en el extremo de la vaina, el segundo cerca del centro, y el tercero en el otro extremo. Este extremo de la vaina se junta con Zampakutou al guardarla, se mezcla con la guardia al poseer esta el mismo color que los demás adornos, después de la guardia se haya el mango y sobre este el trenzado del mismo color azul que la vaina. Al final del mango y del trenzado en cambio cuelga un cordón de color verde.

Como parte del proceso para liberar el poder contenido en su Zampakuto Ignición, CheJ la sujeta enfrente de él con su mano derecha de manera horizontal, a continuación él desliza el dedo del medio y el índice de su mano izquierda por la hoja de su Zampakuto mientras pronuncia léntamente el comando de su resurrección, conforme sus dedos avanzan por la hoja de esta surge unas pequeñas llamas azules con casi nula luminosidad, apenas apreciables. Cuando sus dedos hubieron cubierto por completo el arma, CheJ separa ambos brazos estirándolos hacia sus costados, una vez hubo realizado este movimiento, pronuncia el final del comando, el nombre de su resurrección, Ignición.

Tan pronto como el Cuarto Espada articule esta palabra, las llamas de los dedos de su mano izquierda, así como de la hoja de su Zampakuto aumentarán su tamaño y temperatura rápida y brutalmente, provocando una potente onda de Reiatsu que se expande a su alrededor, mientras la onda avanza, las llamas comienzan a expandirse por sus brazos, el Espada cruza sus brazos pegados al cuerpo frente a él provocando que las llamas ocupen todo su cuerpo de manera casi instantánea, las llamas, a pesar de generar un calor abrumador para quien se acerque, al espada no le provocan daño alguno, son parte de él. Finalmente CheJ separa descruza sus brazos rápidamente generando una segunda onda de reiatsu, esta vez mas potente que la anterior como indicador de que su resurrección se ha llevado a cabo.

El poder de la resurrección del Cuarto Espada se centra en el manejo casi total del fuego azul que genera tanto su Zampakuto Ignición, como él al acumular grandes cantidades de reiatsu en su cuerpo y especialmente, en la Zamapkuto, generando que de estos surjan feroces llamas de un color azul vivaz y con muy poca iluminación. A pesar que las llamas generan grandes cantidades de calor, estas al ser generadas por el propio reiatsu del Espada no le provocan daño alguno, además esta misma razón, las llamas que se generen pasivamente dañarán únicamente a los objetivos que CheJ haya decidido. Como adicional, su resurrección aviva lo sentidos del Espada puesto que, conforme él lo lo merite, las llamas pueden aumentar la temperatura de su sangre provocando que, junto con el oxígeno y nutrientes que contiene, fluya con mayor rapidez hacia todos los órganos de su cuerpo provocando así un aumento relativo en la velocidad de respuesta tanto del cerebro como de su cuerpo.