Hado 96 "Itto Kaso" (entrenamiento)

Necesitaba un nuevo Hado ya que contaba tan solo con dos, el número 33 “Sokatsui” (lluvia de fuego azul) y el número 90 “Kurohitsuji” (ataúd negro). Había muchos Hados en la lista para aprender y tarde o temprano iba a aprenderlos a todos, pero por ahora no tenía tiempo para todos, así que me decidí por el hado número 96 “Itto kaso”(cremación de hoja solitaria), tambien llamado Hado del sacrificio, ya que el que lo efectúa pierde uno de sus brazos. Este hado necesita el uso de mucha energía espiritual y puede conllevar a la muerte tanto al que lo hace, como como al que lo recibe. Estaba dispuesto a perder un brazo en el entrenamiento, pero, ¿a quién le haría tal hado?, necesitaba un ser vivo para efectuar este hado y saber que tuvo éxito, pero no tomaría la vida de alguien en un simple entrenamiento. Los días pasaban y no sabía dónde ni cuándo efectuar el hado. Un día como cualquier otro me encontraba llenando unos cuantos papeles en mi despacho de capitán y se me informo que efectuaría una misión con algunos hombres del treceavo escuadrón, ya que su capitán, Haru Susuki, no se encontraba presente, esta misión seria en el hueco mundo, para ser más específico, en el bosque de los menos, allí se encontraba un grupo de Adjuchas que habían estado causando serios problemas en el mundo humano, esta podría ser la oportunidad perfecta para ejecutar el hado. Los días siguieron pasando y el día de la misión llego, se nos dio indicaciones muy claras: debíamos ingresar al hueco mundo, dirigirnos hacia el bosque de los menos, localizar aquel grupo de Adjuchas y acabar con sus vidas, no era nada a lo que no estuviésemos acostumbrados, una misión más. Así fue, ingresamos al hueco mundo, era totalmente como lo recordaba, un lugar totalmente desértico con un cielo de color negro que parecía infinito, desde el momento en el que ingresamos tuve un mal presentimiento, algo malo iba a suceder. Seguimos las instrucciones que se nos había dado y localizamos el bosque, era un lugar muy amplio, un tanto oscuro y con árboles marchitos que llegaban hasta lo más alto del lugar. Al ingresar reduje mi poder espiritual lo más posible para no llamar la atención, comenzamos a adentrarnos en el bosque cada vez más y cada vez veíamos más Gillians y unos cuantos Adjuchas, pero ninguno de ellos eran los que buscábamos. Finalmente llegamos hasta la guarida de los Adjuchas sin necesidad de haber combatido, nos adentramos en ella y allí se encontraba este grupo que había estado causando serios problemas en el mundo humano, los enemigos de ese momento eran cinco, todos con formas distintas y de distintos colores, tal cual se nos había indicado, sin decir ni una palabra nos abalanzamos sobre ellos para atacarlos, no habíamos ido allí a dialogar, sino a asesinar a nuestros enemigos. La lucha fue mucho más reñida de lo que me imagine, aquel grupo de hollows era muy fuerte y los Gillians empezaban a ser un problema, ya que se acumulaban a nuestro alrededor y debíamos combatir contra ellos también, así como aparecieron Gillians también aparecieron Adjuchas nuevos y el número de enemigos se volvió ridículamente grande, tanto que me vi obligado a utilizar mi bankai con unos simples hollows  –Sekai o kuraku Dakubisuto- (oscurece el mundo bestia oscura) se escuchó desde mis labios. Mi aspecto físico cambio, mi piel se tornó violeta y mi rostro se cargó de ira, mi zampakuto también cambio su aspecto, volviéndose una guadaña totalmente letal. La batalla continuo ferozmente durante unos cuantos minutos luego de activar mi bankai y en un simple abrir y cerrar de ojos la vida de los soldados que me habían acompañado se esfumo como si nunca hubiesen estado allí por un cero de uno de los adjuchas, había fallado en mi misión como capitán, no había podido proteger la vida de aquel grupo de shinigamis, en ese momento la gran impotencia y rabia que sentía hicieron que no me importara perder la vida en aquel combate, así que lo utilice… utilice el hado número 96. Tome el brazo de uno de los adjuchas que aún quedaba con vida y lo dije –Hado 96: Itto Kaso- en ese momento estallo todo, una gran columna de reiatsu negro salió desde el suelo y tomo la forma de una hoja de katana. El coste de tal destrozo fue mi brazo, no llegue a perder mi vida, pero si la perdió aquel grupo enorme de hollows. Me encontraba desplomado en el piso sin mi brazo derecho y con mi cuerpo totalmente destrozado, no podía quedarme allí tirado siendo que aquel grupo de soldados habían perdido su vida en la misión que se les había encargado, así que saque fuerzas de la mismísima nada y logre salir del bosque de los menos, al ver aquel cielo oscuro e infinito, me dije a mi mismo –Hoy lloverá- con una voz muy débil y resquebrajada, y en ese momento resbalo una lagrima sobre mi rostro. Se me abrió el gran senkaimon hacia la sociedad de almas y regrese al Seireitei. Lamentablemente tuve que dar aquella triste noticia, los hombres que me habían acompañado no podrían volver con su escuadrón aquella noche, yo no había ganado ese cruel combate, sino que el Seireitei había perdido. ¿Por qué me pego tanto la muerte de unos solados?, ya estaba totalmente acostumbrado a eso, así son las batallas, están quienes viven y quienes viven, pero el saber eso no me impidió el quedarme pensando en ellos, ¿acaso era porque no eran hombres de mi escuadrón? Realmente no lo sabía, Pero no podía quedarme abajo sabiendo que aquel grupo de shinigamis habían dado su vida en aquella misión, así que segui caminando con la cabeza en alto, pero sin olvidar la existencia de aquellos hombres.

aceptado